Dulce María Luna
Semblanza
Dulce María Luna Torres nació en la ciudad de México en 1964. Su nombre artístico es Dulce María Luna. Comenzó su experiencia como encuadernadora desde la infancia, trabajando en el taller de su padre, donde adquirió la destreza manual y la familiaridad con los distintos procesos que esta labor implica. Estudió la licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México, convirtiéndose posteriormente en profesora de literatura y gramática. Asimismo trabajó como editora en la editorial mexicana Fondo de Cultura Económica y en 1990 abrió su taller denominado Encuadernación La Antigua. Desde ahí ha emprendido diversos proyectos para escritores, editoriales, empresas, así como para la impartición de cursos-taller de encuadernación y la participación en exposiciones y concursos. Diseñó y elaboró los estuches para los Códices Prehispánicos Mexicanos editados por el Fondo de Cultura Económica. Elaboró materiales de escritura para los catálogos de Kate’s Paperie y Rizzoli, en la ciudad de Nueva York.
Ha hecho cursos especializados en España con diferentes maestros. Participó en la exposición de la 1ª. Muestra Internacional de Encuadernaciones Artísticas de la Escuela-taller Llar del Llibre, en Alicante, con el maestro Javier Abellán, quien contribuyó de manera relevante a su formación como encuadernadora artística.
Ha concursado, de manera consecutiva, desde 2005 a 2022, en la Bienal Mundial de Encuadernación de Arte, que se celebra en París, Francia, donde obtuvo el Premio de la Villa de Saint Rèmy lès Chevreuse, en la edición del 2007.
Ha sido becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes para realizar proyectos de difusión del arte de la encuadernación así como para llevar a cabo un curso de encuadernación artística en la ciudad de Osaka, Japón, en 2010.
En el año 2003, reunió su obra en una exposición que ha itinerado por diferentes espacios culturales bajo el título de “Pliegues de la Memoria”, conjuntamente con la impartición de cursos-taller para todo tipo de público, especialmente el infantil, haciendo así un activismo en favor del libro, su conservación y su cuidado, alcanzando con ello más de 35,000 participantes en México, Guatemala, Colombia, Brasil, España, Francia y Estados Unidos. Actualmente, la exposición se presentó de nueva cuenta en la Biblioteca de México con el título de “Travesía Poética”, celebrando así sus 50 años de trayectoria en este oficio, que combina también con la poesía. Ahora, cruza la frontera para continuar su camino y llegar a la ciudad de San Francisco, California, donde se exhibe en el Museo de Encuadernadores Americanos, de junio a agosto de 2023.
Objetos
Travesía poética
La encuadernación de Dulce María Luna. 50 años
Desde los cinco años de edad, Dulce María se involucró con la encuadernación a través del taller de su padre, un artesano tradicional de la ciudad de México. La convivencia con el papel, el pegamento, el hilo, las pieles y todos los materiales y procesos que intervienen en este oficio se convirtieron tempranamente no sólo en un trabajo sino en un medio de expresión.
Más adelante, ella estudió también Lengua y Literatura, haciendo que su interés se vertiera también sobre la poesía. Pronto estos dos sistemas, que finalmente confluyen en torno al libro, se fundieron en una misma búsqueda, haciendo que los contenidos literarios de las obras se manifestaran plásticamente en la confección de cada volumen. La exposición que aquí se presenta es el resultado de ese viaje, que cumple ya cincuenta años y que muestra piezas representativas de esa travesía.
Además de su quehacer artístico, Dulce María es también una activista, ya que ha llevado su curso-taller de encuadernación para niños, jóvenes y adultos a numerosos lugares, combinando esa labor con la poesía, el tejido y el performance para difundir este arte en diferentes lugares de México, así como en Guatemala, Colombia, Brasil, España, Francia y Estados Unidos. Ella ha sido también expositora continua en la Bienal Mundial de Encuadernación de Arte que se celebra en la ciudad de París.
Compartir esta trayectoria en el Museo de Encuadernadores Americanos, de la ciudad de San Francisco, es un nuevo paso en este camino, uno muy estimulante pues permite la confluencia de culturas en torno a este oficio. Hallaremos aquí diversos libros tanto de la literatura mexicana como de la francesa o de la alemana, convertidos en piezas poéticas que son resultado del abordaje continuo de las propias metáforas de la encuadernación. Completan esta exhibición también algunos textos poéticos así como textiles y cuadros bordados con hilo, todos los cuales son producto de esa búsqueda que ella ha emprendido en su aventura de vida.
Alejandro Tapia Mendoza
Director de Ars Optika Editores